Suavizantes de telas y su conexión con el consumidor

Todos hemos experimentado alguna vez la grata sensación de meternos a la cama tras un largo día lleno de altibajos y dejarnos apapachar por las cobijas y sábanas recién lavadas, con un delicioso aroma, que nos hacen sentir realmente cobijados. O cuando inesperadamente nos agarra la lluvia en nuestro transitar y después podemos secarnos con una toalla que además de oler delicioso se siente suave y caliente. Este tipo de experiencias se logran gracias al uso de los suavizantes de telas, un producto que podemos encontrar en casi todos los hogares y que resulta muy importante, aunque su trabajo pase casi desapercibido.

Desde la comodidad del siglo xxi a veces nos cuesta dimensionar los avances tecnológicos con los que contamos. Por ejemplo, en las ciudades, casi todos los habitantes cuentan con una lavadora automática o alguna lavandería cercana. Para hacer uso de ellas, sólo hace falta echar la ropa, agua y detergente; posteriormente se agrega el suavizante y listo, es todo lo que se requiere para contar con ropa limpia, suave al tacto y con un delicioso aroma. Los suavizantes de tela, en su gran mayoría, funcionan cambiando la polaridad de las telas, protegiéndolas de la estática, de esta manera, se sienten suaves al tacto y resultan más lisas, por lo cual, pueden plancharse con mayor facilidad o incluso prescindir de la plancha eléctrica. Por supuesto, no se trata de un producto nuevo, sino que tiene ya cerca de cien años siendo un aliado en casa y por supuesto que se han desarrollado muchísimas formulaciones para las distintas necesidades de los usuarios.

Actualmente el mercado de los suavizantes de ropa está valuado en cerca de $17 mil millones de dólares y las expectativas de mercado es que continúe con un crecimiento moderado de cerca del 5% anual hasta el año 2025. Dentro del sector, la mayor parte está acaparada por los suavizantes líquidos (75%), sin embargo existen opciones sólidas en pastillas o perlas, así como en polvo. Un producto con muchísimo futuro son las sheets (hojas) para la secadora, las cuales se agregan en esta última máquina para que liberen sus propiedades con el calor: ayudan a lubricar y suavizar las telas, así como a perfumarlas con un aroma agradable.

También hoy en día resulta imprescindible la conciencia ecológica, por lo cual la responsabilidad de las marcas al ofrecer productos biodegradables y amigables para el medioambiente dirigirá las preferencias de los consumidores. Por supuesto, las preferencias en este producto están determinadas en gran medida por el aroma pues finalmente, junto con la sensación al tacto de suavidad, es el valor añadido que los suavizantes brindan a quienes los usan. Los aromas botánicos, herbales y florales son por mucho los preferidos y continúan expandiéndose, con esencias de flores como lavanda, peonias, hibiscus o rosas; algunos cítricos, frutas como maracuyá o carambolo (la fruta de la estrella); así como esencias de miel y vainilla. En cuanto al tipo de ropa al cual se pueden adaptar, hay productos especializados para ropa deportiva, con aromas frescos como la menta, que promueven la activación corporal. Todas estas mezclas de fragancias, además, se asocian con experiencias o momentos específicos: el amanecer, el abrazo, la elegancia, las brisas del océano o de un jardín; de esta manera el aroma se suma a los recuerdos asociados a él, para generar una conexión más fuerte con el consumidor. Lo que es cierto es que resulta muy común que cuando una persona disfruta el olor de un suavizante de telas, lo adquirirá recurrentemente, es por ello muy relevante desarrollar la fragancia que logre establecer ese vínculo.