Tendencias en fragancias para el cuidado personal

Las expectativas para el reciente año 2022 son muy positivas en distintos sectores económicos. Tras casi dos años de pandemia y complicaciones en diferentes áreas, los pronósticos son positivos, en especial en ciertos rubros, como es el cuidado personal.


Una de las principales preocupaciones para los consumidores es la salud, ésta comprendida como un conjunto holístico de condiciones que dependen unas de otras: una buena alimentación sumada a la práctica cotidiana de ejercicio, combinado con el cuidado personal y la higiene, así como la salud mental y emocional. Tomando en cuenta todas estas categorías, los consumidores hacen compras informadas y buscan productos que se adapten a sus estilos de vida, siguiendo ciertas tendencias específicas: salud, bienestar, cuidado ambiental, productos personalizados, transparentes y éticos.


Según datos de Euromonitor Internacional, el mercado global de cosméticos y cuidado personal tuvo un cierre de año positivo, se reportó un crecimiento de 3%. Dentro de este segmento, el cuidado de la piel es el que muestra mejores proyecciones, se espera que los próximos años continúe verificando números en ascenso, hasta los 181 mil millones de dólares para el año 2025. La pandemia ayudó a poner en la mente de los consumidores el autocuidado como una de sus prioridades y esa corriente continuará durante los próximos años. A su vez, ciertas líneas darán la pauta para el desarrollo de productos, como lo son la sostenibilidad, el desarrollo de productos sin género y el cuidado personalizado, es decir, con características concretas para cada usuario.


En cuanto a las fragancias, en este nuevo año veremos una evolución hacia aromas cada vez más específicos y, sin siquiera competidores, la principal tendencia serán las fragancias naturales. Los especialistas se han dado cuenta que la fragancia de los productos de cuidado personal tiene una función mucho más allá que sólo “oler bien”, sino que a través de los aromas se pueden estimular muchos otros sentidos y conducir a una experiencia de bienestar superior. En este sentido y ante las condiciones de la pandemia, que ha limitado las posibilidades de viajar y conectar con los espacios exteriores, podemos de alguna manera transportar a las personas mediante los aromas. Así, un jabón para baño puede ser la posibilidad de escapar a un bosque frutal, o un shampoo contener el aroma de una excursión por una playa y el océano. Así, la personalización puede aprovecharse al máximo y utilizar aromas muy específicos, como lo ha hecho la empresa norteamericana Ursa Major, que ha consolidado una alianza con los parques nacionales de Estados Unidos para capturar la esencia de estos lugares y añadirla a sus productos. Esta tendencia a capturar los aromas de la Tierra irá cobrando fuerza en todos los sectores del mercado.


Asimismo, el respaldo de tradiciones milenarias como la aromaterapia y esencias ampliamente usadas y probadas será un valor añadido. Por ejemplo, se ha comprobado que los aromas cítricos favorece la energía del cuerpo y el cerebro, así como la planta de lavanda ayuda a relajarse y conciliar el sueño. Las investigaciones en este sentido continuarán para aprovechar al máximo los olores de frutos, flores y plantas, no sólo para perfumar, sino para agregar valor a los productos. Así, al igual que sucede con los alimentos funcionales, que tienen un valor añadido, los aromas también cobran esa cualidad.


No hay que dejar de recalcar que la sostenibilidad y la transparencia son prioritarias para los consumidores, así, las fuentes de las cuales se obtengan las fragancias deben ser naturales al cien por ciento, y no dañar al medioambiente pues esto puede ganar detractores para las marcas.